martes, 16 de diciembre de 2014

LA CADENA SIEMPRE SE ROMPE POR EL ESLABON MAS DEBIL


Diciembre 16, 2014.

   El cuerpo político mexicano (body politic) y sus satélites conforman un grupo de individuos mayormente corrupto. En él se incluyen los primeros niveles de mando de los gobiernos federal, estatal y municipal, los miembros de los partidos, los sindicatos, los proveedores y contratistas de los gobiernos, los integrantes de un buen número de medios de comunicación, entre otros,  que  ven el quehacer de la política como un enorme negocio. Con impunidad garantizada -- a menos que cometan un error ante alguien con mayor poder – se entiende el porque tantos quieren entrar en la política en México ya que es una actividad de bajo riesgo y sumamente lucrativa que permite hacerse extremadamente rico en un corto plazo.
  Como  otros mexicanos ricos que no tienen conexión con la política,  la mayoría con fortunas bien habidas, “el body politic” envía en líquido al extranjero una buena porción de su riqueza con objeto de ocultarla. Además de los EU y Suiza, ha estado la moda de transferir recursos a paraísos fiscales en el Caribe donde es prácticamente imposible detectarlos. Una importante segmento de las fortunas del cuerpo político que se mantiene en México está invertida en propiedades, sobre todo en las que fungen como residencias de sus integrantes. Las propiedades en nuestro país no son tan fáciles de ocultar a pesar de que se encuentren a nombre de parientes,  amigos y prestanombres y pueden ser detectadas en investigaciones judiciales y de otra índole siempre y cuando exista voluntad para hacerlo.
   Como en México la voluntad judicial  para investigar las fortunas mal habidas del body politic es inexistente,  son las indagaciones de periodistas no alineadas a éste—a pesar de los obstáculos con las que se topan—uno de los pocos medios para detectar propiedades que exceden drásticamente en valor las posibilidades económicas de salarios y prestaciones de los políticos y personas afines.
  Si bien es casi imposible seguir la ruta de los dineros mal habidos,  depositados fuera del país, hay que seguir la ruta de las propiedades  para que emerja la corrupción, como en los casos detectados por periodistas,  sobre la adquisición de las mansiones de Peña Nieto yVidegaray, cuyas inverosímiles explicaciones no los eximen de evidentes conflictos de interés.  
  Las propiedades son el eslabón mas débil de la cadena de corrupción y el periodismo honesto es la tensión requerida para reventarla. Se debe seguir rascando por ahí porque,  como diría un maestro mío, ahí es donde esta el pan.

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