Febrero 6, 2014
Ya no son las víctimas, ni los periódicos, ni
siquiera el propósito de enmienda —tímido y tardío—que Benedicto XVI ensayó en
la agonía de su papado. Ahora es nada más y nada menos que la Organización de
Naciones Unidas (ONU) la que, a través de un durísimo informe de la Comisión
sobre los Derechos del Niño, acusa al Vaticano de haber dejado solos a los
niños en manos de los sacerdotes pederastas. La ONU acusa a la Santa Sede de no
haber reconocido jamás “la magnitud de los crímenes sexuales” cometidos por
parte de sus religiosos y de “no haber tomado las medidas necesarias para
proteger a los menores”. El resultado, según la comisión, es espeluznante: los
abusos “se siguen cometiendo de forma sistemática mientras la inmensa mayoría
de los culpables disfruta de total impunidad”. La Comisión sobre los Derechos
del Niño exige al Vaticano que “destituya de sus cargos y entregue a la policía
a todos aquellos que sean culpables de abusos sexuales a menores”, para lo cual
pide que haga público el contenido de sus archivos. (DIARIO EL PAIS)
Por fin la ONU está
actuando sobre los actos criminales que han victimado y siguen victimando a
miles de niños y niñas por curas y monjas abusadores y las autoridades
católicas que los han encubierto y los siguen encubriendo, desde obispos de las
iglesias de cada país hasta jerarcas del Vaticano. Remarco: TODOS
ELLOS SON CRIMINALES E IMPUNES HASTA AHORA.
El representante del Vaticano, Mons.
Silvano Tomasi respondió con lo siguiente:
"Las acusaciones
de que la Santa Sede ha obstaculizado la actuación de la Justicia me parecen
gratuitas. Impedir a un país aplicar su jurisdicción sería una interferencia
ilegal e injusta", dijo Mons. Silvano Tomasi." Mi opinión es que la política habitual
de transferir a los curas pederestas a otra parroquia o diócesis sin denunciarlos
a las autoridades es una clara
obstaculización a la actuación de la justicia en cada país.
Tras lamentar los casos de abusos sexuales cometidos por
miembros del clero, el sacerdote Tomasi recordó que los últimos Papas y los
organismos competentes del Vaticano han trabajado y trabajan arduamente para
"el establecimiento de normas y directrices rigurosas y eficaces para curar,
contrarrestar y prevenir los graves fenómeno de abuso sexual contra menores de
edad." Todos son buenos deseos pero sería indispensable que publicaran las
cifras de cuantos curas y monjas abusadoras de menores han denunciado a las
autoridades por sus crímenes y/o a cuantos han tratado y “curado” (SIC) .
Asimismo, que se informe cuales son y
si ya han sido instrumentadas las normas y directrices que la iglesia ha establecido para contrarrestar el
abuso sexual.
Una institución cuya razón de ser es el
camino, el amor y la verdad y que lejos de cumplir con estos principios encubre a criminales,
está fallando lamentablemente y si sigue por ese camino rápidamente perderá
adeptos en todo el mundo.
El papa Francisco, como
líder de la iglesia, tiene que
pasar del discurso a la acción: Ordenar que se identifique y se denuncie a los
abusadores ante las autoridades
judiciales para que respondan por sus crímenes. Nada menos que dicha medida
eternizaría la victimización de niñas y niños.
¿Que diría Jesús al ver en lo que se ha
convertido la iglesia comandada por el Vaticano?
La verdad completa por fin está emergiendo y, en palabras de
Cristo, "solo la verdad te liberará."
Los Legionarios de Cristo finalmente reconocieron los actos criminales de Maciel, pero no señalan la responsabilidad del entramado institucional que le permitió durante décadas al fundador de la orden llevar a cabo sus fechorías con impunidad. En el entramado se incluye a toda la plana mayor de los Legionarios, al Cardenal Rivera Carrera y al Papa.
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